Nunca son iguales dos atardecer en Coyuca de Benítez, pero sobre todo durante el Otoño e Invierno cuando el espectáculo de la naturaleza nos ofrece un atardecer lleno de belleza y de melancolía.
arde a veces mi corazón,
toca su centro y lo suspende
¡cuánta belleza suelta!
una presencia, un cuerpo,
y hace nacer las formas embriagadas,
busco dentro mí,
vértebras delicadas y sombrías,
manos que sueñan pájaros...
de ti, mi Dios y mi adversario.
entre grises peñascales,
donde pacen negros toros. Zarzas, malezas,jarales.
por las gotas del rocío,
y la alameda dorada,
Tras los montes de violeta
quebrado el primer albor:
con aquella locura armoniosa de antaño?
la labor del minuto y el prodigio del año.
cuando empecé a crecer, un vago y dulce son.
¡dejad al huracán mover mi corazón!
como una tarde del otoño viejo;
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno...
Mi pensamiento, entonces,
vaga junto a las tumbas de los muertos
que, abatidos, se inclinan... Y me acuerdo
de historias tristes, sin poesía... Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.
Espero les guste y disfruten, fue un gran esfuerzo y esta hecho con mucho amor para todos Ustedes, todas las fotos son de un servidor y la poesía es de Octavio Paz, Rubén Darío y Manuel Machado.
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